Existen ruegos en mi agonía, súplicas y plegarias, gritos desesperados, dirigidos al cielo y al infierno.
Existen pesadillas y sueños de tus besos y su veneno, de tus ojos y su reflejo más catatónicos que un espejo, de pies y cuerpo completo me consumes el ser. No habita pues, entre mis memorias esperanza, porque me matas la fe.
Existe en mi mente caos, medicina purganteme pide a gritos la conciencia, pues son repugnantes las mentiras de tu voz.
Los confines del infierno son abismos de traición, y ahora que la ansiedad me consume las venas, y el miedo me pide refugiarme siento la necesidad de entre lágrimas y gritos salir de la habitación. Hay un peso en mi pecho que me hace temblar, no existe claustrofobia, pero me quedo sin respirar.
Anhelo que ardas, anhelo que el fuego te consuma de a poco y te queme el alma. Anhelo que mientras las llamas te consuman pierdas el aliento de a poco y te vuelvas cenizas. Anhelo que te quemes, anhel
Dicen que existe un reino donde solo pueden entrar los nobles y los faltos de amor se arrastran como culebras por los suelos amarrados de un hilo a su cabeza; tirando del dolor que le han causado a ot
Amarte dolía, dolía tanto que se sentía eterno y no era más que un suspiro, un suspiro del alma en busca de un beso perdido. Mi cama ahora está vacía, a mis pies se enredan las sábanas y mis brazos bu