Marea.
Para conocerte a ti hay dos opciones 1: Ahogarse. 2: Dejarse arrastrar por la corriente.
Marea.
Pequeñas gotas de agua con una gran atracción hacia la oscuridad iluminada por la luna. Pequeñas gotas saladas que resbalan sobre unas mejillas. Pequeña atracción bajo una obscuridad de llanto y desorientación.
Marea.
Arrullo de sentimientos. Nadar sin ahogarse y poder encontrar entre tanta asfixia negra una luna llena.
Marea.
¿Puedes oír sin escuchar?
Marea.
¿Puedes ver sin mirar?
Marea.
¿Puedes amar sin mentir?
Marea.
¿Puedes estar sin arrasar?
Marea.
La vida cobra sentido cuando los pies comienzan a hundirse entre tus gotas. Cruzarse con las farolas que iluminan ahora los sueños y mueven las nubes negras.
Marea.
¿Qué tipo de amor o dolor te forma?
Marea.
Escribí tu nombre entre las gotas de agua que se derramaban de aquel mar de ojos, escribí pensando que la marea se encargaría de borrar el mensaje, escribí y me olvide que lo que se lleva el mar va grabado en cada una de sus gotas y después de un largo viaje vuelve.
Marea.
¿Qué serás? ¿Amoscar? ¿Escocer?
Marea.
No entiendo cuándo mi luna comenzó a buscar tu mar, espero que mi atardecer se nos úna y la calma traiga.
Marea.
Traeme las mareas revueltas.
Marea.
Tú subes, yo bajo.
Marea.
Buscaré una jaula que encierre las piedras y dejé al mar ser marea, que esta nos traiga un océano y el caos sea más profundo, sin tierra firme.